jueves, 4 de agosto de 2011

De Ázidoh y la efimeridad absoluta

Suena a tópico romántico aquella frase que dice nada es para siempre… y es que por mucho que no nos guste la idea nada es para siempre. Sin embargo yo amo esta idea, la efimeridad de las cosas. Se suele pensar que el hecho de que nada dure para siempre es algo negativo… mi novia no estará siempre conmigo, algún día moriré, no siempre seré joven ni guapo (en el caso de que alguna vez lo hubiese sido), no siempre seré el mejor en lo mío… Yo no lo veo así. La idea de la efimeridad absoluta puede ser nuestra mejor motivación; tal vez  cueste asimilarlo pero … Cuando te deja tu pareja y culpas al nada es para siempre no te estás dando cuenta de que tu soledad y tu tristeza tarde o temprano también acabará precisamente porque nada es para siempre.
 A mi modo de ver la vida, es genial que mi ignorancia sea efímera y no eterna, que mis preocupaciones también se acaben, que no siempre vaya a ser joven (sueño con ser abuelo), que tal vez no siempre vaya a ser un escritor anónimo, que vaya evolucionando con el tiempo y no me quede estancado… Y la efimeridad no solo es buena porque pone fin a mis cosas malas… también me hace apreciar, valorar y disfrutar más de las cosas que me gustan y que algún día se acabarán… mi coche, los videojuegos geniales que solo tienen gracia la primera vez que te los pasas, la primera vez que ves una película determinada con un final sorprendente, las recetas de cocina extrañas que salen por error pero están buenísimas, los viajes…   Además, el ser consciente de que todo momento es efímero e irrepetible ( nunca estarás en la misma situación y de forma idéntica) hace que valores dichos instantes y que los puedas guardar automáticamente en tu memoria como recuerdo dorado… El instante en el que tu sobrino o tu hijo recién nacido agarra tu dedo por primera vez, tu primer beso, tu último examen… incluso momentos a los que a lo mejor no darías importancia si no te dieses cuenta de que son únicos… Por ejemplo ( personal) sería aquel día de antes de navidad en el que coincidieron en mi casa mis cuatro sobrinos (ahora tengo cinco) y yo compré un árbol de navidad, que nunca había tenido uno en casa, y lo decoramos entre los cuatro niños y yo… de una manera un tanto caotica y poniendo adornos aleatorios entre cacho y cacho de turrón  mientras mis hermanas, mis cuñados y madre estaban en el salón junto al brasero hablando tranquilamente y sin discutir ni darse puñaladas traperas…  un instante efímero que recordaré siempre sabiendo que nunca volverá a ser igual.
Poniéndome un poco mas metafísico/filosofo/pedante… Creo que puedo afirmar sin temor a equivocarme que la efimeridad es un requisito básico de la belleza. Todo lo que es bello debe tener el factor de lo efímero para poder ser disfrutado y valorado… Cuanto más efímero más precioso. Es una concepción más romántica que general… Bello en el sentido de  belleza perfecta e insuperable. Debo poner un ejemplo para que comprendáis este punto de vista: Un cuadro, que cuando lo compraste era lo más hermoso jamás pintado, si lo ves todos los días en tu salón va perdiendo poco a poco el poder de de embelesarte … pero si ese cuadro un día se quemase, el recuerdo que te quedaría de él sería `` el cuadro más hermoso jamás pintado´´.  Lo mismo pasa con esas canciones que al principio te encantan y luego las acabas aborreciendo de tanto escucharlas…   Pero… ¿ y un paisaje con una cascada en medio de la selva? No es efímero pero puede ser belleza pura… En este caso la efimeridad que le da dicha belleza no reside en la cascada, sino en el momento en el que la estas observando… Tal vez no la vuelvas a ver en tu vida… Esa es precisamente la autenticidad de su belleza ¿Acaso no son más bellas las pirámides de Egipto para nosotros que solo las solemos ver una vez en la vida, que para los habitantes de la zona que las ven todos los días? ¿y la torre Eiffel? ¿ y el Machupichu?... Yo no tengo ni una sola foto de la puerta de Alcalá ni del Santiago Bernabéu porque me parecen tonterías y sin embargo todos los japoneses que vienen a Madrid se inflan a hacer fotos a esas cosas… De hecho este es el motivo por el que se deja de valorar la belleza de tu esposa… y por el que a veces parece que las novias de los demás son más atractivas… (Salvo en el caso de mi novia que para mí es perfecta).
Para acabar les explicaré que por mi escasa experiencia en la vida, hace tiempo que me enamore de la metáfora de las pompas de jabón… Todo los elementos que forman mi vida: Personas, objetos, sentimientos, ideas, momentos, … sueños… Todos ellos son como pompas de jabón… preciosas y ligeras, bellas… pero efímeras… si intentas cogerlas para guardarlas en tu bolsillo y llevarlas toda la vida explotan… y si no explotan  por ello flotan a tu alrededor para explotar igualmente en otro momento y dejar espacio a otras pompas.
``Por eso ando con cuidado… no por miedo…sino por si acaso… por que se que todo lo que me rodea solo son pompas de jabón que explotan a mi paso´´  

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