viernes, 2 de septiembre de 2011

de Ázidoh y el dinero

Por acontecimientos, se creó el dinero, destinado a ser cambiado por comodidades y satisfacciones. En cierto modo el propio dinero era, en sí mismo una comodidad, frente al trueque o al pago en especia puesto que era imperecedero, relativamente ligero y conservaba su valor por equivalencia. Pero el ser humano es capaz de hacer degenerar un concepto ¡hasta puntos insospechables. El dinero pasó de ser la herramienta para conseguir las satisfacciones y comodidades a ser las propias satisfacciones y comodidades. En un origen tener dinero  no era la satisfacción, la satisfacción era cambiarlo por una pieza de fruta y comértela… tampoco era la comodidad, la comodidad era cambiar el dinero por un sofá y tumbarte en él. Pero en algún punto todo eso cambio y la satisfacción y las comodidades pasaron en parte a consistir en el mero hecho de tenerlo. Tal vez haya ocurrido así porque el dinero pasó a representar la posibilidad de dichas comodidades y satisfacciones. Lamentablemente la humanidad ha llegado a depender casi completamente de él para obtener esas satisfacciones y comodidades y como consecuencia, a asociar el dinero de manera directa y errónea a la felicidad. Por otro lado, la sociedad y su supervivencia también dependen de él… y en una sociedad formada por individuos que buscan su comodidad y satisfacción, su supervivencia, su gasto mínimo de energía… no hay dinero para todos y menos aún cuando la ambición producida por la segunda ley hace que la gente acapare más dinero del necesario pensando de manera equivocada que eso le hará más feliz y haciendo que ese dinero le falte para sobrevivir a otros individuos.

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